lunes, 7 de septiembre de 2009

PRÓLOGO

Algunos en realidad más contemporáneos que otros, con las actualizaciones de este blog no pretendo gran cosa. Más cercano a una versión vulgar, desde un punto de vista bastante personal y autóctono, de un ejemplar de Art Now de la editorial Taschen iré semana a semana, si es que llego a cumplirlo, ir dando toques de atención sobre artistas contemporáneos que voy descubriendo.

Aun es pronto para cerrar unas normas o márgenes de los que no piense salir ya que no tengo claro del todo el concepto de este blog. Artes plásticas, video-arte, instalación, performance, incluso teatro gestual si hace falta.

Mis conocimientos no son demasiado amplios y lo único que haré será ir organizando lo que veo y leo sobre dichas disciplinas. De todos modos, como se suele decir, la cabra tira al monte y yo que soy medio oveja iré siguiendo lo que pase por mi ventana.

Para el primer post tiro de fondo de disco duro y partiré de la unión de un concepto y un elemento: el “no lugar” y la urbe.

La superpoblación y la especulación inmobiliaria y del suelo han generado paisajes aterradores dando lugar a una atmósfera asfixiante en la que se aspira hormigón y alquitrán en vez de oxígeno. También ha dado pie a la pesadilla del cataclismo ante la posibilidad del día después, de la ciudad deshabitada, del que será de nosotros cuando esto explote y no me meteré en mencionar películas sobre el tema porque sería una referencia eterna (bueno, solo una “Children of men” que trata el justo antes de). También hemos soñado con la ingenua imagen del optimismo tecno-científico y es que según muchos en el siglo XXI todos nos teletransportamos y usamos ropa brillante metalizada con hombreras “saturnianas”.

 

El ciudadano sueña con casas imposibles en ciudades que no existen y que viven, vivimos en casas de papel y ciudades de humo y luz.

                                                                Rosa Olivares

 

Así, el sentimiento artístico ha llevado a los artistas actuales de la mera representación subjetiva a una versión individual. El desarrollo de la urbanización planetaria ha llevado a la mayoría de éstos a un sentimiento de desarraigo y soledad o denuncia al respecto de estas urbes y metrópolis en las que el ser humano no es hombre o mujer sino número, estadística o consumidor-productor.

 

Marc Augé, en Los no lugares. Espacios del movimiento. Una antropología de sobremodernidad. Barcelona, Gedisa, 2005; habla del no lugar, que se opone al lugar antropológico.

El no lugar está dominado por la cultura del exceso. Particularismo. Eco e individualidad. Lo individual renace.

 

“Si un lugar puede definirse como lugar de identidad, relacional e histórico, un espacio que no puede definirse ni como espacio de identidad ni como relacional ni como histórico, definirá un no lugar. La hipótesis aquí defendida es que la sobremodernidad es productora de no lugares, es decir, de espacios que no son en sí lugares antropológicos y que, contrariamente a la modernidad baudeleriana, no integran los lugares antiguos: éstos, catalogados, clasificados y promovidos a la categoría de “lugares de memoria” ocupan un lugar circunscrito y específico.”

 

Una oficina, un ascensor, una autopista tienen pocos elementos que los puedan relacionar con una historia o tradición cultural concreta. Así pues muchos lugares dentro de estas ciudades que antes mencionaba como impersonales y desprotegidas del copia y pega urbanístico pueden considerarse dentro de esta categoría de no lugar. Así el síndrome turista hace mella en estos y muchas veces no entendemos porqué viajamos a países exóticos para acabar metidos en hoteles a la manera occidental; o estando de vacaciones en Moscú acabamos entrando a comer en un McDonald. Estos no lugares se vuelven antropológicos cuando el nuestro propio está lejos y es que lo desconocido o no habitado a nuestra manera da miedo.

 

Alrededor de estos conceptos mencionaré en siguientes post artistas, en este caso sobre todo fotógrafos, que manejan esta relación.

8 comentarios:

  1. Zóser:

    Bueno, como ya te he comentado antes en conversación privada, de momento me parece que es bastante abstracto. Pero bueno para ser la primera entrada lo veo normal. Espero que poco a poco en sucesivas entradas vayas concretando más.

    Me ha gustado especialmente el último párrafo, en el que creo que tratas un tema interesante. La aculturación capitalista lo inunda todo, para bien o para mal. Ya sea en Moscova, en Pekin o en cualquier otro lado, los edificios se repiten...

    Y bueno ya para terminar, espero que trates temas polémicos relacionados con nuestra vetusta ciudad.

    Saludos

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  2. Creo que no soy la persona más indicada para comentar esto. Pero a mí me ha gustado, además, teniendo en cuenta que el tema no es de lo que más controle yo, me ha parecido bastante entendible. Tengo muchas ganas de que publiques el próximo

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. Personalmente, considero que esta entrada es de las mejorcitas que he leido en muuuuuuucho tiempo, tanto que no creo que la hayas escrito tu (¡que es broma copón!).

    El sentido actual de "construir para que dure un rato" agrava esa alienación del sujeto, que ve como su entorno es remodelado (torpemente) una y otra vez, sin darle tiempo a la adaptación o que para que se asiente en el colectivo de la ciudadanía un sentimiento de pertenencía, de familiaridad. Para darle más salsa al asunto, en ocasiones estas construcciones efimeras que saquean los fondos públicos revisten en ocasiones cierto carácter de modernidad petrolifera, en el que los parques tienen más superficie de suelo de plástico que de arena, árboles y setos.

    Por cierto, la oveja de Duchamp de tu logo me ha enamorado profundamente XD

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  5. Estaremos atentos... :P

    Un saludo artista

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  6. q pasa migue!!!!

    Soy la coquera

    Esto va bien, no? aunq demando imágenes, es mi adicción.

    Mantenme informada de todo wapisimo

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  7. Hola Migue. Me ha gustado mucho tu blog, sobre todo el concepto de "no lugar". Espero que todo vaya bien. Un abrazo ;)

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